Basta con leer el preámbulo de la reforma laboral para comprender que uno de los principales objetivos de la norma era el de atajar el problema de la precariedad. Entendida ésta como una combinación entre el desempleo y la temporalidad. Una de las vías para ello ha sido la de reducir la duración de los contratos eventuales y penalizar su uso. Ambas medidas limitan, de manera indirecta, la actividad de las Empresas de Trabajo Temporal.
De acuerdo a los datos del Ministerio de Trabajo (1), el número de Contratos de Puesta a Disposición llevados a cabo por las Empresas de Trabajo Temporal en el primer semestre del año se han reducido un 5% respecto al mismo periodo del año anterior. Y un 10% respecto al año 2021. Pero no sólo esto. La norma limita la duración de los contratos eventuales a un máximo de 6 meses. Y, por tanto el impacto es doble: Se firman menos contratos eventuales y su duración es inferior.
Toca ahora hacer balance, ¿se ha solucionado el problema descrito en la norma?
Hay determinados indicadores que hablan por sí solos. Según datos del SEPE (2), la duración media de los contratos ha pasado de 61 días en septiembre de 2021 a 49 en septiembre de 2023, esto es una reducción del 20%.
(2) Datos Estadísticos del SEPE. (2.6M Contratos de Trabajo según duración por sexo y tipo de contrato. Mes).
A esto se suma el hecho de que sólo un 55% de los contratos que se firman son a jornada completa, el resto son a tiempo parcial o se trata de contratos fijos discontinuos. En el mismo periodo de 2021 este porcentaje suponía el 63%. (3)
(3) Datos Estadísticos del SEPE. (2.6M Contratos de Trabajo según duración por sexo y tipo de contrato. Mes).
Y si bien es cierto que se ha reducido el paro, no tenemos información relativa al número de trabajadores fijos discontinuos que se encuentran en periodo de inactividad. No obstante, queda claro que el incremento de la ocupación es un espejismo puesto que de acuerdo a los datos del INE, el ratio de horas semanales efectivamente trabajadas por persona ocupada viene reduciéndose de 32,39 en el segundo trimestre de 2021, a 32,18 y 31,86 en el mismo periodo de 2022 y 2023 (4). Por tanto, no se está generando empleo, se está dividiendo empleo.
Por tanto, el mercado laboral tiene más personas trabajando pero se trabajan menos horas, con contratos de menor duración que antes de la reforma laboral y con una mayor rotación. Ninguno de estos indicadores parece ir alineado con el objetivo de atajar el problema de la precariedad laboral.
Pese a todo, en Access Gestión Integral de Empleo seguimos creciendo. Apostamos por el equipo y por las tecnologías pero sobre todo estamos comprometidos con nuestro propósito, que es el de ayudar a las personas a encontrar un empleo digno y estable. Consideramos que las Empresas de Trabajo Temporal somos agentes relevantes dentro del mercado laboral y entendemos que se debe contar más con el sector si el objetivo es el de atajar la precariedad laboral, ya que nuestro servicio trasciende la mera puesta a disposición de trabajadores: asesoramos a nuestros clientes, les ayudamos en su necesidad de personal y somos un canal muy eficaz en la búsqueda de empleo.